
Las propiedades de la planta de incienso son inmensas: este árbol aromático es conocido y utilizado desde hace miles de años, por ejemplo fue uno de los regalos que llevaron los Reyes Magos a Jesús, cuando nació en Belén.
Siempre se le ha dado un sentido un tanto mágico y especial, por lo que hoy queremos contarte para qué y cómo puedes utilizarlo.
La planta de incienso es muy usada en la fitoterapia y aromaterapia, ya que relaja, alivia y armoniza el cuerpo y el espíritu.
Beneficios del incienso
Las propiedades de la planta de incienso son conocidas desde la antigüedad y se han utilizado desde siempre en Egipto, China, Grecia, Roma, India y países árabes.
Externamente se puede hacer un ungüento para tratar zonas con edemas, hinchadas, lastimadas o quemadas. Los tés se pueden consumir como estimulantes y limpiadores de la piel, así como también para tratar problemas estomacales. Incluso, mezclado con agua puede tratar varios problemas oftalmológicos.
La resina se suele masticar para mejorar la salud bucal en general: tener dientes y encías más fuertes. Cuida el sistema digestivo, evitando los dolores de estómago, también es un expectorante y por ende ayuda a curar resfriados, gripes y otras enfermedades del tracto respiratorio.
Cómo usar el incienso
Para disfrutar de las propiedades de la planta de incienso, podemos utilizarla de muchas formas diferentes: se puede añadir el aceite de incienso en cremas para el rostro y para hacer masajes, hacer infusiones con las hojas -que también pueden utilizarse como baño de vapor-.
También es especialmente importante el aroma, por lo que podemos utilizar el aceite o simplemente quemar incienso para apreciarlo. Se puede añadir un poco de aceite de incienso diluido en agua para hacer compresas y también se puede masticar y comer -tanto las hojas como la resina-, aunque es algo que no está recomendado en todos los casos, por lo que primero debemos asegurarnos de que es seguro para el consumo.
Cuidados de la planta de incienso
Por otro lado, si tu finalidad es únicamente decorar con tu planta de incienso, debes saber que es muy fácil de mantener.
Sus hojas, de color verde brillante con un borde blanco crema, son muy olorosas al igual que sus pequeñas flores. Sus tallos tienen un pelo muy fino que se extiende hasta las hojas.
El nombre científico de la planta es Plectranthus Coleoides y es una planta perenne. Procede de regiones tropicales y pertenece a la gran familia de las Labiadas.
Hay gran variedad de plantas de incienso y las que más se utilizan son las que tienen las hojas en forma de corazón porque el olor es más intenso. Hay que tener cuidado y no confundir el Plectranthus con la sagrada Boswellia, que es la planta de la que se extrae la resina para producir el incienso.
Algunos de los cuidados que debes seguir son:
– Al ser una planta de origen tropical, no resiste el frío, sin embargo, se adapta muy bien a los interiores, siempre y cuando esté ubicada en una habitación en la que entre mucha luz natural.
– Colócala en un lugar iluminado, pero sin luz directa del sol, es decir, en resolana.
– Como crece mucho, puedes colocarla en una maceta colgante.
– Corta de vez en cuando sus hojas secas.
– Dale agua una vez a la semana y en caso de que veas que sus hojas empiezan a caerse mucho, significa que necesita más agua.
– Otro aspecto a considerar es la administración de fertilizantes de origen natural y disuelto en el agua de riego.
– En caso de que no quieras que crezca demasiado, puedes cortar sus puntas constantemente.
¡A DISFRUTAR DE LOS MIMOS QUE PRODUCE A NUESTROS SENTIDOS LA PLANTA DE INCIENSO!